Desde mi punto de vista actual de desarrollo, intento constantemente ofrecer lo mejor que sé y que puedo de mí, expresándome desde la positividad y la pureza que intento cultivar a diario en mis pensamientos, palabras y acciones. Busco estudiar y practicar con la intención de cultivar la compasión y la bondad amorosa, tanto para mi propio bienestar como para el de los demás. Considero que he avanzado en mi entrenamiento cuando logro mantener una mirada más pura hacia todo y todos, liberándome del sufrimiento, aunque sé que aún tengo mucho por aprender y mejorar en este camino de crecimiento personal.
Pero ahora quisiera exponer desde otra de mis perspectivas, más duras, cómo me siento algunas veces al experimentar el nacer y vivir en una sociedad «moderna occidental».
En mi opinión, a pesar de las muchas «comodidades» que se ofrecen aquí, realmente es una prisión con apariencia de hotel, donde nos relacionamos tanto como carceleros como prisioneros, permitiéndose tanto la expresión violenta como la pacífica, en una sociedad llena de distracciones, de apariencias engañosas, de roles predefinidos, etc.
Realmente dentro estamos en un campo de batalla, una batalla mental, donde los que nacemos en esta prisión, condicionados ya por una información de serie que se nos instala para adquirir nuestro rol en esta experiencia, necesitamos realizar un entrenamiento de nuestra mente para discernir lo que es real de lo que se nos ofrece como real pero es una ilusión que nos mantiene atrapados en un ciclo interminable de sufrimiento.
Para mí, puede llegar a ser un entrenamiento mucho más arduo que el del cuerpo físico, aún siendo ambos complementarios.
Entiendo que a quién visita occidente desde otras realidades, le pueda suponer un gran reto adaptarse a una sociedad desafiante aunque no se muestre como tal, con informaciones, creencias, valores de simulación irreales que conectan más con el ego, haciéndonos creer que toda esta configuración egoica es la realidad y llevándonos al fanatismo, la adicción, la perturbación, la ansiedad, la locura, la enfermedad, la crisis, etc, con graves consecuencias físicas, psicológicas y emocionales.
Aunque, esta vez, no estamos librando una guerra física con armamento (y tampoco puedo comparar pues hasta el momento no he experimentado una guerra así y no quiero quitarle mérito a los que están experimentado esa realidad), quiero valorar el esfuerzo, la fuerza de voluntad y la perseverancia, de todos aquellos que están en una realidad como ésta, alimentada por un inconsciente colectivo dormido, y que han llegado a tomarla como parte de un proceso pedagógico de entrenamiento de las cualidades más excelentes y puras que podamos desarrollar, que han logrado mantenerse centrados, no quebrar su estado de conciencia, no desconectarse de sus cualidades, resistir los fuertes embates egoicos, aceptar y asumir los retos y permanecer imperturbables en su paz y en continuar trabajando por su libertad interior, en un camino de renuncias a las tentaciones del ego, que son tan golosamente expuestas en esta sociedad, para poder ofrecer esta libertad a otros y trabajar en conjunto para ayudar a trascender estas limitaciones.
Este mensaje lo hago también por quiénes me comparten su cansancio y frustración en los momentos bajos de estar conviviendo con esta realidad,
Porque quiero expresar mi profundo reconocimiento y respeto a todos los seres que han elegido vivir en esta experiencia y asumir su función aquí.
Reconocer su valentía para enfrentar desafíos y abrazar lecciones o enseñar cómo hacerlo.
Ofrezco palabras de aliento para aquellos que se sientan vencidos por nuestra parte mental más destructiva, que el exterior nos refuerza continua y diariamente.
Pero que, a pesar de ello, siguen superando adversidades y, con su ejemplo y sabiduría verificada y no sólo de libro, muestran a otros cómo superarlas.
Su elección de estar aquí, y aún cuando vienen de otras realidades, para mí es un acto de valentía y su presencia tiene un valor inmenso, más si es desde su compasión.
Y su ayuda a descubrir el propósito de nuestra existencia en esta realidad es clave.
Buen día. 🙏❤️
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